MARISA MONTE, con entradas agotadas llenó de magia el Gran Rex en su paso por Buenos Aires

Un recorrido por su último disco “Portas” y sus más entrañables composiciones. Reversiones y novedades en un viaje musical que pasó por diversos géneros en un vínculo maravilloso con el público que se hizo presente.

Con más de 30 años de trayectoria, y múltiples premiaciones, Marisa Monte es hoy la cantautora brasileña más destacada de su generación, y aún más es referente de un movimiento latinoamericano que tiene a la mujer como poderoso motor de creación y cambio.

El viernes en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires un repertorio perfecto se plasmó en temas importantes en la carrera de la cantante y compositora que cosechó durante más de tres décadas, además de las canciones de su último disco Portas. 

Marisa estuvo acompañada en el escenario por sus músicos multi instrumentistas: Dadi (bajo, guitarras y piano), Davi Moraes (guitarra), Pupillo (batería), Pretinho da Serrinha (percusión y cavaquinho), Chico Brown (guitarras y piano), Antonio Neves (arreglo de metales y trombón), Eduardo Santana (trompeta) y Oswaldo Lessa Lessa (saxofón y flauta). Así el aire orquestal se hizo notar en esa comunicación inmediata propia de colegas que se conocen muchísimo y juegan con los ritmos de manera natural y mágica. 

Con una introducción instrumental que daba la bienvenida a una puesta sútil y delicada se escucharon los primeros acordes de Portas, con una Marisa imponente en el escenario. Seguirían en una primera parte una mezcla de temas de su último disco junto con material de su extensa carrera: Quanto Tempo, Maria de Verdade, Vilarejo, A lingua dos animais, Infinito particular, Praia Vermelha, Ainda Bem, Beija Eu y Totalmente Seu. Un viaje por la poesía extraordinaria de esta cantautora que se entrelaza con el pop, el jazz, el samba, la bossa y hasta el soul, y también eso maravilloso que sucede cuando la música fluye y no es correcto poner carteles y nombrar con géneros.

Luego sería el turno de escuchar Ainda lembro, O que me importa, Preciso me encontrar y Vento Sardo, con cambio de luces y proyecciones en escena que potenciaban aún más la presencia de la gran banda de músicos que acompaña a Marisa en el escenario.

 Seguirían marcando la noche los sonidos de A sua, Déjà Vu, Dança da solidão, Calma, Eu Sei, Velha Infância y el maravilloso tema que cierra su reciente disco: Feliz, Alegre e Forte

En una segunda parte y ya para ir culminando el encuentro Marisa daría paso a dos temas de Portas: Você Não Liga y Elegante Amanhecer, para seguir con Lenda das sereias, Na estrada, Não Vá Embora y Magamalabares. El final sería con ganas de más, porque nunca es suficiente escuchar la voz perfecta de una de las mejores compositoras e intérpretes que tiene hoy Latinoamérica. Pra Melhorar, Já Sei Namorar y Bem que se quis daría el broche a uno de los más destacados shows que tendrá Buenos Aires este año.

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