Un triunfo vibrante y sin género definido que eleva a Mark Masguro a una clase propia.
Descubrimos a Mark Masguro y su más reciente lanzamiento, “Whispers”, y de inmediato quedamos cautivados por su cualidad inmersiva y su multidimensionalidad artística. Desde las primeras notas, la pieza revela una energía tan delicada como propulsiva, diseñada para disfrutarse mejor con auriculares, donde su arquitectura espacial envuelve al oyente con un movimiento sutil y envolvente. El paisaje sonoro se desplaza como un satélite en órbita lenta, generando una ligera desorientación que, paradójicamente, resulta estimulante, como si la música girara físicamente dentro de la mente.
Tras esta introducción hipnótica llega un cambio tonal dramático: la base rítmica irrumpe con la fuerza de un trueno o el latido de un corazón, resonando en el pecho y anclando al oyente en una experiencia visceral. Las decisiones de producción de Masguro se distinguen por ser tan sobrias como potentes, demostrando una sensibilidad refinada hacia la acústica espacial y el movimiento dinámico, lo que amplifica el impacto del tema.
Luego llega la voz principal, casi un canto ritual que fusiona cadencias tribales con la sensibilidad del pop contemporáneo. No se trata de una voz que simplemente acompaña el ritmo, sino que se convierte en ritmo mismo. Funciona como un elemento percusivo que se alinea con la base rítmica mientras un colchón sonoro en constante pulso potencia la atracción hipnótica de la obra. La interpretación transmite una autoridad tranquila y confiada, más que recitar, afirma con intención cada frase.
Poco a poco, armonías etéreas en segundo plano se suman con largos “ahhs” sostenidos, generando una atmósfera coral que enriquece aún más la textura emocional.
Y entonces llegan las letras:
“Close your eyes in the cradle you’ll stay”
La línea, con su interpretación casi de nana, revela la esencia del tema: “Whispers” es una relectura contemporánea y emocionalmente matizada de una canción de cuna. Un delicado equilibrio entre lo calmante y lo estimulante, evocando la comodidad infantil mientras eleva la experiencia sensorial con una producción sofisticada. La dualidad entre nostalgia y modernidad electrónica se consigue de forma magistral.
“Sleep little one in the sweet escapade”
Con esta frase se completa la intención: un viaje hacia el descanso, no desde la quietud, sino desde la ascensión emocional y sonora. Lo que Masguro logra aquí roza la composición psicológica: apela a recuerdos musicales profundamente codificados, evocando arquetipos melódicos universales, todo bajo un diseño original y personalísimo.
Tras esta experiencia, nos sumergimos en “Summer Night’s Dream (Extended Version)”, colaboración entre Mark Masguro y Beatman. Desde el inicio se abre con destellos de sintetizadores brillantes como estrellas, acompañados por una delicada voz que anticipa un estallido rítmico intenso, con patrones de percusión intrincados y un bajo que late como un segundo corazón. La voz regresa con eco y alcance dinámico, moviéndose entre la suavidad y la convicción poderosa.
El tema incluye un inesperado interludio cósmico: sintetizadores que se expanden como si el track escapara de la gravedad. La composición se siente libre, casi improvisada, pero con una dirección intencional que conduce al clímax. Todo culmina en un cierre vocal radiante, inmersivo y arrebatador.
Mark Masguro, radicado en Zúrich, Suiza, es el artífice de un sonido audaz y emotivo que se rehúsa a permanecer quieto. En una era dominada por la repetición sonora, Masguro aparece con una frescura que desafía las etiquetas. Junto a colaboradores como Kael Sott y Beatman, reconfigura motivos tradicionales en paisajes sonoros modernos cargados de complejidad. Cada pieza se siente como un universo independiente, meticulosamente construido entre precisión técnica e instinto emocional.
Con una habilidad única para fusionar texturas electrónicas y calidez analógica, Masguro toma influencias tan variadas como las bandas sonoras de spaghetti western o el synthwave ochentero, y las reinventa en narrativas que oscilan entre la nostalgia y el futurismo. Su música es conceptual y a la vez física, cerebral pero profundamente sensorial, dejando siempre una huella en el oyente.
“Whispers” de Mark Masguro no es solo una canción: es una experiencia sensorial arrebatadora, construida con brillantez, autoridad y emoción cruda.
Escúchala, compártela y agrégala a tu lista: este es el sonido de un visionario redefiniendo el futuro.

