El músico y productor argentino Julián Mourin regresa con una propuesta que une lo ancestral y lo contemporáneo, lo espiritual y lo festivo. Su nuevo trabajo, Místico y Bailable, es una síntesis viva de su historia musical: un encuentro entre milongas místicas, tambores, beats y guitarras, donde la raíz criolla se funde con la electrónica moderna para dar forma a un género inexplorado que él mismo define como “canción cachengue”.
Con base en Buenos Aires y una sensibilidad que atraviesa el indie, la experimentación y la música popular argentina, Mourin logra crear una experiencia dual: mover el cuerpo y abrir la mente. Cada canción es una invitación al movimiento y, al mismo tiempo, a la introspección; un viaje que oscila entre la pista de baile y el ritual, entre el pulso urbano y la memoria ancestral.
Luego de tres discos que consolidaron su búsqueda sonora, Mourin decide volver a las raíces, mezclando madera y electrónica, guitarras y sintetizadores, en un proceso de composición que se convierte en un acto de recuperación cultural. Inspirado por el río como espejo y punto de fuga de Buenos Aires, el artista explora la conexión entre la naturaleza, el ritmo y la identidad.
El disco Místico y Bailable surge como una invocación: una forma de reconectar con una herencia afroargentina muchas veces olvidada. En su investigación, Julián se inspira en el legado africano presente en la historia del Río de la Plata, en las fiestas callejeras y veranos donde las comunidades de Angola y Mozambique se entrelazaban con las comparsas de carnaval.
“¿Dónde quedó esa vitalidad del pueblo? ¿En qué barrio, en qué paisaje?”, se pregunta Mourin. Su respuesta es la música: un sonido nuevo que reencarna el pulso de aquellos tambores en los lenguajes actuales del RKT, el trap y el reguetón, reconociendo en ellos la continuidad de una tradición rítmica que siempre supo resistir y transformarse.
Místico y Bailable no es solo un disco: es una declaración, un rito y una pista de baile a la vez, una mirada al pasado para reinventar el presente. Julián Mourin nos invita a celebrar la identidad desde el movimiento, a redescubrir el alma rítmica del sur y a danzar con lo sagrado.

