JAVIER CALEQUI continúa presentando su álbum GUALICHO junto a JORGE DREXLER Y XOEL

Gualicho es el primer y tan esperado LP del músico, compositor y productor argentino radicado en España, Javier Zarember Calequi. Luego de un encierro prolífico, en el cual el músico editó más de 21 singles, este LP llega como una entrega desprejuiciada, llena de colores y ritmos latinos y africanos, combinados con la Europa más electrónica. 

En Gualicho, Calequi se propone unificar una selección de canciones que tienen que ver con el mundo Caribeño: historias de misterio y sensualidad, mezcladas con la música de África que por momentos nos trae a la cabeza el ritmo hipnótico del gran Fela Kuti. Todo en el envase de un sonido potente, moderno y bailable que evoca al mejor Funk de Minneapolis. 

Incansable, Javier Calequi es el intérprete del 95% de todos los instrumentos, también productor, arreglador y compositor de todos ellos. Siempre acompañado por sus fieles Panteras que lo acompañan y lo llevan más allá en todos sus shows.

Gualicho llega así con alegría y desparpajo. Bailando encima de los escombros de la pandemia. Un cocktail con consecuencias devastadoras para los que pretenden quedarse quietos en sus sillas.

Canciones: 

Al lío: El video de esta canción lo dice todo. Dos mujeres libres bailando en Kenia con unos colores y un paisaje que no parecen de este mundo. Un homenaje al sello «África Analog» pero que introduce la distorsión y la electrónica al «guiso musical» acercándose a una sonoridad indie actual. El plus son unos brasses que podrían encajar perfectamente en cualquier canción de Juan Luís Guerra o merengue tradicional. Una buena apertura, una invitación: «Me tiro al río y al lío voy»

Gualicho: La canción que da nombre al álbum. Es una síntesis perfecta de lo que es el universo musical de Calequi. El funk, el folclore del pacífico, unas guitarras que hacen bailar, una sonoridad con personalidad. Todo es ritmo, todo funciona y está allí porque así debe ser. Un engranaje perfecto, sutil. La letra tiene un paralelismo con el conjuro del gualicho y los días interminables de la pandemia. Una realidad que a veces parecía surrealista.

El demonio de labios rojos: Se entremezclan los sonidos típicos del caribe, con otros más modernos y electrónicos fusionados con una letra repleta de fantasía y sensualidad. El resultado es una canción que invita al baile desde el primer segundo.

Solo: Quizás, al contrario de lo que su título sugiere, esta es una canción que se disfruta más escuchándola en compañía de alguien que en soledad. “Sólo” se pasea por una nostalgia luminosa, aunque llena de esperanza. “¿Quién querrá escuchar mi cuento al que le falta un final” canta Calequi, y en el horizonte se dibuja la posibilidad de lo que está por venir, el final de la melancolía. La canción se mueve entre el brillo de los brasses y la electrónica, viajando en un beat que marca y manda, sostenido por esos aires que recuerdan al mejor Mac Miller, con tintes de Bon Iver. Aunque podríamos decir de ella que se trata de una canción que se codea con el indie, al mismo tiempo, también podríamos asegurar que se trata de una entrega más de ese universo sonoro, inasible y único, que sólo existe en las composiciones a las que nos tiene acostumbrado Calequi.

Los gatos: Ahora reeditada y remasterizada. Dice Jorge Drexler de ella: «Javi Calequi sacó una canción nueva que es de lo mejor que escuché en mucho tiempo. Un ejemplo de minimalismo, de “dirty groove” y de dominio del género canción»

Halcón: Una canción que nace con la idea de su hijo Gael (de 9 años, quien interpreta el hammond en la misma), con la colaboración de Darus Jones (baterista de Jack White). Un Funk-andino potente con una metáfora que recuerda al «Tiburón» de Blades. Con la contundente interpretación de Las Panteras.

Dulce Guerra: También con la participación de Darus Jones en la batería. Un funk potente con un estribillo que implora y repite. «Escondo el tiempo, en viejas caricias, viejos recuerdos, solo quiero volverte a ver». Una guerra interna que parece nunca acabar, pero que descansa en un puente de brasses magnífico.

Si me vas a dejar que sea antes de la siesta: Con la colaboración de Kevin Johansen. Este chill funk estilo Bahamas enaltece uno de los rituales más sagrados de España. Pegadiza como pocas.

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