La música de Cristian Dujmović no busca explicar el mundo: lo atraviesa. Compositor contemporáneo, su obra se despliega como una pintura sonora, una forma de traducir lo subjetivo sin limitarse a géneros, estructuras ni respuestas cerradas. Cada pieza es una pregunta abierta, un gesto artístico que indaga en lo emocional, lo simbólico y lo físico a la vez.
Su nuevo sencillo, “Después, el origen”, incluido en el EP Fin de un mundo, es un claro ejemplo de esta búsqueda. La canción avanza como quien camina por un terreno incierto y barroso, entre escombros que no paralizan, sino que marcan la determinación de seguir. La voz, quebrada y frágil por momentos, se reconstruye en cada estrofa, sugiriendo una marcha que no necesita mapa, porque no va hacia lo nuevo, sino hacia lo esencial: eso que siempre estuvo.
Hay una tensión constante en la canción: entre distancia y cercanía, silencio y llamado, ruptura y permanencia. Y en medio de esa tensión aparece una voz que dice: “mírame”. No da órdenes ni explica. Irrumpe. Esa palabra funciona como una interrupción necesaria, como una señal que se impone suavemente en el trayecto y marca un antes y un después. Ya no hay laberinto. Ahora hay centro. Hay origen.
La repetición de “Estoy acá / Yo soy vos” opera como un ancla emocional entre el que huye y el que observa, entre el que se perdió y el que llama. En esa superposición de planos, el origen deja de ser un lugar: se convierte en una presencia que insiste, que resiste, que habita.
“Después, el origen” dialoga íntimamente con la canción que da título al EP. Mientras “Fin de un mundo” sugiere el colapso —interno o colectivo— de estructuras caducas, esta nueva canción es lo que queda cuando el polvo se asienta. Una voz persiste. Un centro reaparece. Es el momento después del quiebre, cuando lo verdadero no grita, pero tampoco desaparece.
Producida por Andrés Ruiz en Rinri Estudios, mezclada y masterizada por Juan Armani, y con guitarras y voces grabadas en EstudioUno (España), la canción cuenta además con el arte visual de China_lou_, que complementa su carga poética con imágenes que vibran en la misma frecuencia.
Cristian Dujmović se presenta así como un artista en movimiento, que no busca imponer su visión, sino compartir una sensibilidad que se siente más que se entiende. Su música no describe, sino que invita a habitar.