Las dos canciones ya están disponibles en todas las plataformas digitales. Tiempo escrita por David Bensimón, mientras que Una razón para esperar fue compuesta en coautoría entre David y Clara. Ambas fueron grabadas y producidas por Bensimón, mezcladas por Matías Cella, masterizadas por Eduardo Bergallo y registradas en los estudios de Warner Chappell Argentina.
Clara nos invita a seguir conociendo el universo de su segundo disco “El susurro de Quimero” y lanza dos nuevas canciones que nos sumergen más en esta historia: “Tiempo” y “Una razón para esperar”, dos paisajes distintos de un mismo recorrido donde la artista dialoga con la voz de Quimero, ese ser que la guía entre recuerdos, deseos y preguntas que aún buscan respuesta.
“Tiempo” es una canción lúdica y reflexiva que juega con las palabras para enumerar todo aquello que merece su propio tiempo: amar, probar, recordar, olvidar, atravesar. Con un tono nostálgico pero fresco, expresa que hay un tiempo para cada cosa. Su música combina aires playeros y una fusión de sonidos latinoamericanos, creando una atmósfera cálida y rítmica.
“Una razón para esperar” es una canción con base en el folclore argentino y arreglos electrónicos, habla de la duda que pone en movimiento, la que obliga a revisar el pasado y entender desde dónde nacen las preguntas. Espiritual y humana a la vez, revela que aún en la incertidumbre más profunda, uno siempre se tiene a sí mismo para encontrar la respuesta. Además la canción cuenta con la colaboración de Juan Abzatz en piano.
SOBRE CLARA BALLESTERO
Clara es una artista de 30 años nacida en Buenos Aires. Su carrera musical comenzó en 2020 con su disco debut “Instrucciones para Desarmar una Muñeca” el cual fue recibido con entusiasmo por la crítica y el público, consolidándola como una de las voces más sensibles y personales de la escena actual. En sus canciones confluyen diferentes sonidos, instrumentos acústicos, elementos de la electrónica y armonías vocales.
El nuevo disco, que verá la luz a fin de año, conserva la esencia introspectiva que caracteriza a la artista, pero despliega un sonido más maduro y una estética renovada. Ya no hay una muñeca por desarmar, sino una mujer que se sumerge en su mundo interno para dar forma a una historia que la excede y la atraviesa al mismo tiempo. Es una obra conceptual atravesada por la presencia de un personaje atemporal: Quimero. Desde un lugar suspendido en el tiempo, él intenta comunicarse, y Clara se convierte en su intérprete: le presta su voz, traduce sus mensajes, los exorciza y los convierte en canciones. De aquella voz lejana solo queda un susurro que recorre todo el disco, siempre entrelazado con la voz de la artista.
UN LEGADO «GITANO»
A Clara la música la acompaña desde que es pequeña por parte de su familia, ya que su abuelo fue Oscar Anderle, cantante de jazz, autor de la mayoría de los éxitos interpretados por Roberto Sánchez «SANDRO» (Dame fuego, Rosa Rosa, Tengo y Una muchacha y una guitarra, entre otras). Si bien no llegó a conocer a su abuelo ya que falleció en 1988, le dejó como herencia el entrañable vínculo con “El Gitano”.
La relación era tan familiar que solía pasar mucho tiempo con él y su familia en la mítica morada del artista y sentir esa imagen contenedora. Clara atesora con nostalgia su primer acercamiento a la música, jugando en un gran salón de la casa de “SANDRO”.

