El 13 de noviembre del año 2000 Andrés Calamaro publicaba su séptimo disco de estudio “El salmón”, que precisamente mañana celebra su 25 aniversario.
Una obra monumental de más de 100 canciones que mostraba a uno de los grandes genios del rock latino en plena efervescencia creativa. Un talento enorme desplegado a borbotones bajo la premisa de honrar el impulso creativo más crudo (sin dejar de lado su tratamiento artesanal) frente a la sesuda elaboración.
La publicación de las 103 canciones de “El salmón” en una caja de 5CDs supuso todo un “shock” para medios, aficionados y profesionales de la industria, y ocurrió en un mercado muy receptivo a todo lo relacionado con el músico argentino tras el éxito de sus discos “Alta suciedad” (1997) y “Honestidad brutal” (1999).
“El salmón”, su incontenible torrente creativo, la reivindicación de la profesión del músico como artista que compone y toca todos los días, su economía de recursos (la portada, el vídeo) que primaba la obra frente al envoltorio de marketing, y la brillantez y el eclecticismo de un repertorio que mostraba las diversas fuentes de su autor (del rock anglo a la canción latina) y que a pesar de su extensión rayaba a gran altura…todas esas razones, y otras por descubrir, hicieron y siguen haciendo de este disco un “rara avis” en la historia del pop en español.
Calamaro grabó el disco entre diciembre de 1999 y enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio y julio del año 2000 . Muchas de esas grabaciones se hicieron en estudios portátiles (porta estudio) y en el mítico estudio casero Deep Camboya. Contó con la colaboración de una larga lista de “artesanos de la inteligencia musical y poética” que incluía a Enrique Bunbury, Ariel Rot, Jaime Urrutia, Gringui Herrera, Guille Martín (DEP), Andy Chango, El Niño Bruno, Ciro Fogliata o Pappo Napolitano.
Celebra los 25 años de “El salmón” escuchando de nuevo el disco aquí.
Sigue hacia abajo para leer el texto de Andrés Calamaro incluido en la edición original del disco.
En otro orden de cosas, relacionadas también con Andrés Calamaro, el 28 de noviembre se publica la reedición 30 aniversario de “Palabras más, palabras menos”, el último disco de estudio de Los Rodríguez. Esta nueve edición contiene el disco original remasterizado y tres temas extra, y se publica en doble vinilo coloreado y en triple CD (con maquetas inéditas y concierto)
“Gracias por elegir la dirección contraria, la del Salmón que frente a la corriente sublima
la vida y la especie, nada de esto, quieras o no, hubiera sido posible sin la fraternal sociedad con mi carnal Marcelo Scornik, también conocido como El Cuino, además del método kamikaze de composición frenética, únicamente dedicados a encender el fuego sagrado de la inspiración y la locura… fácil la receta, evitar la lectura de periódicos, la radio, la televisión, el cine y, de ser así posible …no salir de casa, o de donde sea el lugar elegido para la gran actividad.
Es difícil narrar con palabras las imágenes que estos ojos han visto durante la grabación,
cuyo núcleo artesanal explosionó entre los meses de diciembre y marzo, tal vez obsesionado con la idea de una revolución calendaria irrevertible, por lo menos para mi … supongo.
Las jornadas duraban lo inconfesable, y durante periodos importantes alcanzamos, así la
pena máxima y la ultraviolencia, como el happening…
Empezamos en la clandestinidad grabando en aparatos preprofesionales, aquellos que cualquiera despreciaría para sus maquetas inclusive. La presión, también conocida como rock & roll, llegó tan lejos, que demandados por daños, trasladamos los bártulos a un apartamento en la calle Suipacha, en donde la convivencia resultó en momentos musicales, y poéticos, notables, siempre en cuatro canales, en máquinas grabadoras de plástico que no resistían las horas continuas de uso y abuso. Darte más detalles sería brutal.
Una vez recuperada mi vivienda seguí grabando en la habitación más oscura de casa… Es cierto que podríamos haber terminado en la cárcel o en el hospital.
Con trescientas grabaciones, una vez seleccionadas 101 volví a Madrid a mostrar el material a mi alma máter Alfonso Pérez. Volcamos las grabaciones caseras, algunas francamente incendiarias, en modernas computadoras, y también incorporé a mis queridos músicos a la vertiente musical. Finalmente grabamos junto con el cassette de la, vetusta portastudio, y celebramos el final de una pesadilla como si fuera un sueño.
La verdadera grabación, la pesadilla canalla debería haber sido Paraísos Perdidos, pero esta reencarnación más roquera bien puede llamarse El Salmón.
Bienvenidos salmones a nadar contra la corriente.
Me quedo con la compañía de mis mas antiguos amigos que se atrevieron a llegar hasta el final del río…a ellos gracias.
El SALMON fue grabado en Diciembre 99 en la clandestinidad y la infracción permanente, algunas sesiones alternativas fueron en Circo Beat …y alguna sesión técnica en el Pie, siempre en Buenos Aires. Durante Enero grabamos en Melo Abajo, también conocido como Daños.
En Febrero, después de un episodio judicial que NO llevo sangre al río, seguimos en un saloncito del hotel Suipacha, hasta que un teclado chocó violentamente contra una ventana, y volví a mi casa, a grabar en Camboya Profundo (el estudio más barato del mundo) También conocido como Tres Clavos.
No fue fácil decidirse a una transición retecnológica, pero finalmente di el salto peligroso, trasladando mis grabaciones sangrientas a las últimas tecnologías.
Creo que siempre se pierde… cuando algo se transforma.
Así seguimos en Madrid, en Sintonía, en los meses de Junio y Julio, hasta llegar a Agosto, con un paréntesis en Camboya durante Mayo…según recuerdo.
En Madrid grabamos con los músicos, además de otros amigos artistas como Ariel, Changuito, Jaime, El Papa, Lulo y Liberto, con la fortísima ayuda de Pepo, Juanito y Alex.
Noventa de las canciones incluyen algunos, o los cuatro canales del caserito portaestudio, incluyendo las voces solista grabadas con el micrófono corriente.»

