La veterana banda valenciana Morgana vs. Morgana, formada en 1992, regresa con Kintsugi, un trabajo que trasciende lo musical para convertirse en una declaración de principios. Inspirado en la ancestral técnica japonesa que repara lo roto con oro, el disco es una metáfora sonora sobre la resiliencia, la belleza de las cicatrices y la fuerza que nace de las fracturas emocionales.
Un viaje sonoro entre lo visceral y lo atmosférico
En sus seis composiciones originales, Kintsugi se sumerge en un metal alternativo que coquetea con el post-rock y el stoner, fusionando riffs densos y poderosos con pasajes cargados de introspección. Las influencias de Tool, Katatonia y Paradise Lost se dejan sentir en la profundidad emocional y la riqueza de matices de cada tema.
La producción, a cargo de Raúl Abellán (The Mixtery), potencia el contraste entre lo crudo y lo etéreo, mientras que el arte visual de Nacho Galacho refuerza la narrativa del disco con imágenes que evocan la reparación, la ruptura y la transformación.
Autenticidad sin filtros
Fieles a su espíritu independiente, Morgana vs. Morgana ha llevado adelante Kintsugi en autogestión total, sin discográfica, cuidando cada detalle del proceso creativo y manteniendo un control absoluto sobre su identidad artística.
La formación actual está integrada por:
- Carlos Pagola – voz
- Javier Cortés y Zagg #3 – guitarras
- Raúl Pagola – bajo
- Vicente Merodio – batería
Más que un disco, una confesión
Para la banda, Kintsugi no es solo un conjunto de canciones, sino el espejo de todo lo que han roto y recompuesto a lo largo de su historia, tanto como músicos como en lo personal. Un álbum que invita a aceptar las imperfecciones como parte esencial de la belleza y a transformar las cicatrices en fuerza creativa.