Entre la nostalgia analógica y la sensibilidad digital de la Generación Z, el cantante y compositor brasileño Pablo Vermell presenta su primer álbum de estudio, Futuro Presente. Con influencias que van del soft rock de los años 70 al britpop de los 90, pasando por el pop alternativo contemporáneo, el disco invita a una reflexión íntima sobre el amor, la identidad y la desconexión emocional en un mundo hiperconectado.
La canción que da nombre al álbum funciona como su núcleo emocional: una balada envolvente sobre la presencia —con el otro, con uno mismo, con el tiempo. El tema cuenta con la participación de la cantante amazónica Corama y con guitarras acústicas de Lucas Gonçalves (bajista de Maglore), combinando texturas etéreas con una instrumentación orgánica que resuena con lo tangible y lo invisible, lo real y lo emocional.
Futuro Presente incluye ocho canciones originales, entre ellas Adeus é para os fracos, colaboración con la banda estadounidense Valiant Blues, una de las promesas de la nueva escena psicodélica en El Paso, Texas. Este cruce artístico materializa el espíritu global de Vermell, que ya ha colaborado con músicos de España, Argentina y Francia —como Adrie, MOGUE y a2ele.
Producido por Daniel Cataldi, el álbum fue grabado junto a los músicos Kazuaky Nakama (guitarras), Guilherme Pacito (bajo) y Alexandre Fritzen (teclados). Durante el proceso creativo, Pablo se inspiró en referentes como Wings, Eagles, Clairo, Terno Rei y hasta Roberto Carlos, combinando melodías nostálgicas con una estética contemporánea.
Según el propio artista, Futuro Presente es una radiografía emocional de los veintitantos en plena década de 2020.
“El disco habla de esa sensación de estar atrapado entre la memoria y la expectativa. Una nostalgia del presente: ese momento en que el ahora parece ya haber pasado, y el futuro aún no llegó. Esa dualidad define a toda una generación”.